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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Doctorado...un año ya :)


Hoy hace un año que defendí mi Tesis Doctoral, ¡que rápido pasa el tiempo! Aún recuerdo, como si de ayer mismo se tratara, los nervios propios del momento. Pero no solo hay nervios ese día, son 3 años de tu vida dedicados a la investigación, es ilusión que se potencia cuando consigues buenos resultados, cuando publicas o presentas tu trabajo, e ilusión que se merma cuando algo falla y no consigues dar con el motivo. 


Son los nervios de los últimos meses de encierro, donde tu vida se reduce a estar delante de una pantalla de ordenador, escribiendo y corrigiendo día a día, buscando bibliografía, preparando gráficas. Es el agobio de las semanas anteriores, con ensayos, ensayos y mas ensayos, cuando ya no sabes si hablas español, italiano o "itañolo". 

Son las emociones a flor de piel en cada momento, los cambios de humor por minutos, unas lagrimas, unas risas...Son 3 años donde todos hemos querido tirar la toalla en algún momento, pero al final los malos momentos no son nada comparado con la ilusión, la esperanza, las pequeñas "nanoalegrías" :P. 


Y sobre todo, no son nada comparado con el apoyo de toda esa gente que tienes a tu lado: tus directores que están ahí siempre para resolver cualquier duda o problema, no dudan en darte caña cuando ven que te duermes; tu familia que te aguanta todo y más; compañeras que están dispuestas a dejar una siembra o un molinillo de lado para ayudarte a ajustar un pH o preparar una síntesis, que te organizan "la hora kit-kat" o el "momento infulínea" en 5 minutos donde te olvidas de todo y recargas pilas; son amig@s que aún en la distancia te ponen las pilas si es necesario y te animan cuando los necesitas.

Sí, ya hace un año y tengo el vello de punta al revivir ese momento, al recordar a esos 3 ángeles a los que dedique mi Tesis y que desde el cielo me guiaron en la defensa impidiendo que me bloqueara o acabara hablando un idioma nuevo, recordar el brillo en los ojos y la sonrisa en la cara de mis padres, hermanos, abuela, tíos y primos.

Ese día estás demasiado nervioso y todo pasa como en un sueño, pero ese sueño no se olvida al despertar. GRACIAS a todos los que me apoyasteis durante esa etapa de mi vida y a los que seguís haciéndolo en esta nueva etapa cuidando de mí desde arriba, a distancia y a mi lado. ¡OS QUIERO!


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